Estoy “mecanografiando” un examen de Civismo de 4º grado de primaria, justo en este instante, nada del otro mundo, es más, ni atención le estoy poniendo a lo que dice; en general solo escribo cual ente sin conciencia propia, excepto que; al conectar la sesera unos minutos me brinco el siguiente enunciado que dice:

La sociedad, la familia y el gobierno tiene la obligación de proporcionar los medios para la niñez mexicana crezca afectiva, intelectual, espiritual y económicamente en optimas condiciones.

Las palabras subrayadas en realidad son espacios en blanco dispuestos para ser ocupados por la respuesta que el estudiando crea correcta, o la mas conveniente a juicio de su joven mente.

El punto es… bueno, ni siquiera es un punto, no es mas que un comentario ocioso del dependiente de “café Internet” (donde conviene aclarar, ni café se sirve) que harto, cansado y aburrido espera su hora de salida y su paga de la semana en un viernes por la tarde cualquiera busca expresar, o postear, escrito con ardil bloguerista. La cosa era; se me hace “gracioso” que le enseñen a los inocentes estudiambres con sus mentecillas aun inmaculadas, - bueno, mas o menos - que dependen de la tal sociedad, el supuesto gobierno y sus muchas veces mal llamadas familias para desarrollarse en los aspectos que las mismas “instituciones” antes mencionadas les dicen que deben, eso, eso les enseñan en esa aberración pedagógica llamada clase de Civismo. Y, si de eso, y no de su propio juicio y formación individual dependen estos jovencillos, creo que están perdidos, por ponerlo de manera dramática, drástica y un tanto alarmista… ellos, y de paso nosotros, según primera pregunta de la prueba de la asignatura de cívica y demás babosadas:

Son el _________ y la _________ de la patria los niños y las niñas de un país.

Respuestas:

1) Futuro.

2) Esperanza.

Al fin familia, sociedad, y gobierno son cosas en que no creo, cuentos para asustar a los niños como el coco, o Michael Jackson.

Ayer despedace un lector de CD en afán de recuperar un disco, bueno, lo desarme y todo, pero al unir piezas de nuevo como que no quedo, digamos, en su estado original.

Tan, tan.