True blog waits.

Malpagado, malhablado y malquerido.

miércoles, mayo 02, 2007

X y Y

¿De que sirve? ¿De que me sirve? ¿Ha tenido algún uso en algún momento?
¿O para que putas lo intento?, entonces ¿Qué caso tiene?
Y cada vez llego a la misma conclusión, mas no puedo evitar repetirlo una y otra vez.
De no hacerlo ¿Qué me diferencia de un animal?
Somos animales, todos… pero hasta entre perros hay razas.
Entonces si el camino del hedonista me lleva a un estado pleno de autocomplacencia y bienestar personal ¿es correcto? El egoísta, el que vive en el plano pensante de mi existencia dice que si, pero se debate como siempre, a muerte, con la cara opuesta de una misma moneda; el lado del sentimiento, de la persona, del humano que por naturaleza sabe lo que el humano siente, lo que le duele. Ese que no concuerda con la respuesta del lado analítico. El corazón y la raciocinio no se llevan nada bien.

¿Entonces al carajo? ¿Entonces a la verga con todos y todas? Tan fácil como el movimiento de mí brazo moviéndose con el puño en dirección a mi espalda, de forma vertical, con el antebrazo doblado sobre el bíceps, el puño casi apoyándose en mi hombro. Al mismo tiempo tan difícil como empujar toneladas de metal retorcido y oxidado, cascajo, desperdicio, sin mas ayuda que la propia fuerza del homosapiens común (pero no corriente) al deshuesadero; acción de deshacerse de lo innecesario por propia mano, equivalente (metafóricamente, y desde mi perspectiva) a una simple visita al psicólogo o tal. Dos acciones diametralmente opuestas, separadas por una línea tan delgada como un cabello.

Fácil, o difícil: dependiendo de la perspectiva del individuo, del individuo mismo, del plano de la existencia en que se encuentra, las condiciones climatologicas, temporales y el contexto del momento y la acción que se desea realizar. Lo que para ti es fácil, para mi es querer mover montañas de acero con las manos desnudas. Y así, como todo; las cosas en este preciso momento, tiempo, y plano existencial: son lo que son. Y punto.
El resultado final, o hecho, ya a balón pasado, no depende de ningún factor tan determinante en algún momento como: un punto de vista. Tu lo ves bien y yo mal. Para ti es un motivo justificado, para mi no. Ahora eso no importa más.
Lo que es, es, y así se quedara, por lo menos en este preciso momento.
Y en este preciso segundo, ya no estamos juntos.
Al siguiente no sabemos.
En este preciso segundo, eso no tiene la menor importancia.

(¿Merezco ser abandonado por débil? Ahora ya se que si, y que como siempre lo pensé, mis “cualidades” como persona no valen ni un carajo).