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¿Lo que dibujo refleja lo que quiero? O mas bien lo que no me atrevo a dibujar. O lo que toco, que es en lo mismo en lo que pienso, que digo, pero a la vez guardo para mi, por partes, esas que se omiten en el relato, son, tal vez, las pocas piezas faltantes, pocas pero importantes, las más; pocas, pero sin ellas no se termina la obra, la idea, el pensamiento, el anhelo: completo. Quiero, ¿por querer? O porque si lo quiero. Ya el motivo es irrelevante, el hecho, el único importante, es querer; Quiero, aunque no pueda, aunque de nada sirva, al contexto lo volvió irrelevante, el hecho, casi tangible, de que no es posible mi anhelo (por ahora) es igualmente irrelevante; que no pueda no me hará dejar de querer. Irrelevante es también la fuerza con que desee, que no permitirá que mi deseo se torne en hecho. No es falta de voluntad, esa lo puede todo, esa es la que gana las grandes batallas; es falta de motivación. Necesito motivación, querer no basta.