¿Quien domara tus caballos salvajes?
Amourissima reza suave la entonada voz de la nativa de Toronto, track excluido del corte final en el álbum ”Let it die”. No necesito verte cada día, pero me gustaría, dice en "the mast".
Se dice así mismo que no hay mal que dure cien años, que todo lo que sube, tiene que bajar, que la vida esta llena de altibajos, que…
Y así por lapso de 5 a 7 minutos enumera tanto adagio similar como le es posible, a manera de mantra, buscando consuelo en ellos, en el fondo sabiendo que ninguna palabra, consejo, o mucho menos algún viejo ambiguo dicho, podría reparar eso que yace roto en su interior. No hay escape, se propaga como agua derramada, no importa el obstáculo interpuesto, siempre encuentra un camino. Le dicen desamor, desencanto, tristeza, etc. Yo solo se que duele, el también. Se cuela, hasta donde el daño aun no estaba hecho.
Escucha a Jason Collett, este le repite una y otra vez que no durara, que no durara, que no durara, y lejos de creerle solo le recuerda en baja frecuencia que gracias a ella se conocieron, no directamente, pero cual si hubieran sido presentados por un amigo del amigo, la relación existe, y si no, el que repta cabizbajo abatido por su sentimiento de autocompasión la encontrara. Qué no le recuerda a ella en ese estado.
¡Puta madre¡ alcanza a balbucear arrastrando las palabras, sin motivo aparente, las arrastra igual que sus rodillas. Con el torrente sanguíneo atestado de escoses solo, no alcanza a comprender del todo que pasa, no esta lucido, no hilvana bien los pensamientos, no concreta ideas coherentes, apenas puede mantenerse consciente, ni hablar de su capacidad para permanecer en pie. Ahí, patético y lastimero, con el rostro pegajoso, sollozante, no alcanza a comprender que pasa, ya no esta baja control, cree que escucha New Order de fondo, cree, no lo sabe a ciencia cierta, su capacidad de discernir no le alcanza para mas. No comprende nada, lo único que sabe es que le duele, quiere dormir, pero no se deja. Ha caído rendido. En sueños continuara la batalla.
Por la mañana cuando la calidez del sol se posa sobre su rostro reseco empieza a recuperar conciencia. El dolor proviene de adentro, cada pensamiento es dolor, los ruidos de medio día penetran como taladros en su cabeza. Apenas recupera el conocimiento y llegan en bandada los recuerdos de la lucha librada durante la noche, los demonios y la razón que se disputaban territorio fértil.
Por fin, en un momento de lucidez, recapitulando, analizando, autoevaluando bandera de objetividad en mano, “realizo” que no había sentido alguno en lamentarse por una perdida como esa, la de algo que jamás poseyó, que ni todas las horas invertidas ni el desgaste emocional desperdiciado habían valido un quinto de lo que ella jamás le dio, ni le daría. ¡Que tonto!, ingenuo, enamorado. Pendejo que. - Se dará cuenta de que lo que yo le daba jamás lo tendrá de parte de nadie mas, cuando lo haga, será demasiado tarde - se repite sonrisa en boca, con tono mas bien cínico, burlón, en defensa de algo perdido en principio, pero ganado en experiencia tal vez, Elliott Smith le canta el plan en el oído, “la venganza llegara, en la tonada se encuentra la revancha” interpreta en idioma de despechado el iluso. Elliott lo sabia, le cantaba, "no eres buena, no eres buena, no eres buena. Álvaro de los Bunkers acto seguido le reitera la acción a tomar, los ánimos tornan de pasivo lamento a reforzada fuerza egocentrista, alimentada por las palabras de otro despechado, entonadas a la perfección y envueltas suavemente por guitarras estridentes, furiosas, afinadas, afiladas.
-¡Que va!, no pasa nada, de amor no se muere uno – repite, revitalizado después de tormentosa noche de exudación las toxinas parecían haberse evaporado con el resto del ambiente, aun rancio, enrarecido por el mismo alcohol destilado.
El iluso, cree estar curado, pobre infeliz, no se da cuenta de que solo es el principio, que lo duro esta por venir. Que Melero se encuentra afinando las vocales, que amor en pie le saldrá al paso, tropezara su andar, que acto seguido Jarvis demeritara su enorgullecido esfuerzo. Pisoteara tu ego. Levantas la lira. No sabes, que todo empieza de nuevo.
Déjenme Solo – La Nueva Orden.
Asustado – Albert Hammond Jr.
Pruébalo – Televisión
La balada de John y Yoko – Los Beatles.
Se dice así mismo que no hay mal que dure cien años, que todo lo que sube, tiene que bajar, que la vida esta llena de altibajos, que…
Y así por lapso de 5 a 7 minutos enumera tanto adagio similar como le es posible, a manera de mantra, buscando consuelo en ellos, en el fondo sabiendo que ninguna palabra, consejo, o mucho menos algún viejo ambiguo dicho, podría reparar eso que yace roto en su interior. No hay escape, se propaga como agua derramada, no importa el obstáculo interpuesto, siempre encuentra un camino. Le dicen desamor, desencanto, tristeza, etc. Yo solo se que duele, el también. Se cuela, hasta donde el daño aun no estaba hecho.
Escucha a Jason Collett, este le repite una y otra vez que no durara, que no durara, que no durara, y lejos de creerle solo le recuerda en baja frecuencia que gracias a ella se conocieron, no directamente, pero cual si hubieran sido presentados por un amigo del amigo, la relación existe, y si no, el que repta cabizbajo abatido por su sentimiento de autocompasión la encontrara. Qué no le recuerda a ella en ese estado.
¡Puta madre¡ alcanza a balbucear arrastrando las palabras, sin motivo aparente, las arrastra igual que sus rodillas. Con el torrente sanguíneo atestado de escoses solo, no alcanza a comprender del todo que pasa, no esta lucido, no hilvana bien los pensamientos, no concreta ideas coherentes, apenas puede mantenerse consciente, ni hablar de su capacidad para permanecer en pie. Ahí, patético y lastimero, con el rostro pegajoso, sollozante, no alcanza a comprender que pasa, ya no esta baja control, cree que escucha New Order de fondo, cree, no lo sabe a ciencia cierta, su capacidad de discernir no le alcanza para mas. No comprende nada, lo único que sabe es que le duele, quiere dormir, pero no se deja. Ha caído rendido. En sueños continuara la batalla.
Por la mañana cuando la calidez del sol se posa sobre su rostro reseco empieza a recuperar conciencia. El dolor proviene de adentro, cada pensamiento es dolor, los ruidos de medio día penetran como taladros en su cabeza. Apenas recupera el conocimiento y llegan en bandada los recuerdos de la lucha librada durante la noche, los demonios y la razón que se disputaban territorio fértil.
Por fin, en un momento de lucidez, recapitulando, analizando, autoevaluando bandera de objetividad en mano, “realizo” que no había sentido alguno en lamentarse por una perdida como esa, la de algo que jamás poseyó, que ni todas las horas invertidas ni el desgaste emocional desperdiciado habían valido un quinto de lo que ella jamás le dio, ni le daría. ¡Que tonto!, ingenuo, enamorado. Pendejo que. - Se dará cuenta de que lo que yo le daba jamás lo tendrá de parte de nadie mas, cuando lo haga, será demasiado tarde - se repite sonrisa en boca, con tono mas bien cínico, burlón, en defensa de algo perdido en principio, pero ganado en experiencia tal vez, Elliott Smith le canta el plan en el oído, “la venganza llegara, en la tonada se encuentra la revancha” interpreta en idioma de despechado el iluso. Elliott lo sabia, le cantaba, "no eres buena, no eres buena, no eres buena. Álvaro de los Bunkers acto seguido le reitera la acción a tomar, los ánimos tornan de pasivo lamento a reforzada fuerza egocentrista, alimentada por las palabras de otro despechado, entonadas a la perfección y envueltas suavemente por guitarras estridentes, furiosas, afinadas, afiladas.
-¡Que va!, no pasa nada, de amor no se muere uno – repite, revitalizado después de tormentosa noche de exudación las toxinas parecían haberse evaporado con el resto del ambiente, aun rancio, enrarecido por el mismo alcohol destilado.
El iluso, cree estar curado, pobre infeliz, no se da cuenta de que solo es el principio, que lo duro esta por venir. Que Melero se encuentra afinando las vocales, que amor en pie le saldrá al paso, tropezara su andar, que acto seguido Jarvis demeritara su enorgullecido esfuerzo. Pisoteara tu ego. Levantas la lira. No sabes, que todo empieza de nuevo.
Déjenme Solo – La Nueva Orden.
Asustado – Albert Hammond Jr.
Pruébalo – Televisión
La balada de John y Yoko – Los Beatles.
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