Jurado, no verdugo.
Vitoreare, enfundado en cánticos de alabanza apoyare, solo cuando lo crea conveniente, siempre y cuando sea meritorio según mi particular visión, tan objetivo como la mente, el sentimiento y la cercanía me lo permitan.
Sin traje de juez, ¿quien puede sentirse totalmente claro o inmaculado como para dictar sentencia a tal grado?, solo parte de un jurado que guiado por propia percepción ejerciendo su derecho a la opinión, eso si, nunca claudicando en lo recio de la critica, nunca perdiendo de vista el valor real y elementos a juzgar, nunca, ni en lo de propia manufactura. La autocomplacencia es para débiles, la critica dura en principio lo será mas tratándose de la propia obra para así nunca perder de vista la meta, el fin ultimo, sobre todo, la verdadera calidad de la hechura en el producto final. Sin misericordia se debe tratar al que pretende llegar alto pues el camino de la complacencia solo lleva a la holgazanería, al fracaso a largo plazo.
No titubeare en aclamar lo que merezca ser aclamado, por merito propio sin la envoltura del vicio mediático y la mentira descarada con propósito de venta. Tampoco gastare las porras en el espejismo de la golosina auditiva fácil y sin contenido alguno, del pan para el pueblo corrupto* por el bombardeo promocional. No habrá piedad para el débil de convicción o el creativo corporativo de imaginación limitada.
En autodefensa del placer/fastidio que se desprende de la autocrítica, me declaro culpable en despedazar una y otra vez el propio esfuerzo en cuestión de ene tema, justificado con el argumento de mejorar y superarse, nada más.
Para bien o mal, el camino es descubrir la verdadera capacidad del potencial aparente, si vale o no la pena el tiempo invertido, el esfuerzo o la falta de el. Al final lo que quede será de calidad, debera serlo, de lo contrario lo que quede será proporcional al talento, ganas, corazón o esfuerzo que se aplico, o sea nada.
“a la araña que con esfuerzo intentaba subir, con un soplido fue apartada del camino, por siempre, era débil, se encontró con alguien que no tenia la paciencia ni el interés en sus pequeñas y débiles expectativas, tal vez sea cierto, no hay espacio para el débil”.
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