Ahora resulta que todo mundo se siente de Ciudad Satélite ¡pfffffffff!

Cronicicleta. 9

Andar con prisa nunca es bueno, uno hace tonterías, en bicicleta es peor. El martes por salir a las carreras a trabajar de improvisto casi me atropellan un par de veces, y casi atropello otro par, prometo ser más responsable al respecto, por suerte no paso nada. La ciudad es violenta y vertiginosa de por sí, de nada sirve entrarle a esa dinámica y volverla aún mas. Se barrió un perno del freno de adelante, hubo que cambiarlo, costo 10 pesos y ya está.

Parte de lo que me gusta de viajar en la bicicleta es que fluye, mientras los autos van en función de leyes (las de la física y las de transito) al rodar hay momentos donde no queda mas que dejarte ir, volverte parte del pavimento y escurrirte como el agua entre coches, banquetas, topes y gente, sin detenerte, se siente una continuidad natural. Un poco como caminar, pero rápido, ja (esa es una asociación tal vez que solo yo hago). Hasta donde entiendo a los que andan en patineta les pasa algo parecido.

Cronicicleta. 8

Vaya putazo que me acomode ayer. Un raspón y golpe abajo de la rodilla, el tobillo me lo lastime chingón, igual no pasa de ahí, tengo que ser triple mente precavido en lo pequeños detalles, sobretodo cuando esta mojado, eso me tomo desprevenido, igual espero no vuelve a pasar. A la bici parece no haberle pasado nada mas aparte de lo que le ajuste de vuelta.

Cronicicleta. 7

Puto clima, no para de llover y solo pude sacar la bicicleta un par de días esta semana; el lunes en la mañana para llegar al trabajo y el miércoles por la tarde para regresar a casa. Igual aproveche para cambiar la cámara de la llanta de adelante que tenía una parchadura que ya estaba cediendo, cada día y medio se estaba desinflando; ya no más. También logré ajustar los frenos de atrás sin que las gomas rocen la llanta, habrá que probar el la calle si aguanta el ajuste y no se mueven de lugar y empiezan a rozar, o cede la tensión que le di para que los frenos apretarán. Puto clima.

Cronicicleta. 6

Llovió ayer por la tarde (si, a finales de enero). La calle mojada será mi muerte, aún con los frenos ya bien puestos no conté con que el pavimento bien mojado (aún chispeaba cuando salí rumbo a casa) estos mismos frenos de varilla no funcionan del todo (por no decir que prácticamente nada). Entonces casi sin frenos, y con visibilidad limitada (por el agua en mis lentes y los ojos llorosos por el viento frio) con extrema precaución logré llegar al hogar. Ni pensar en arrojarme por las pendientes así; a duras penas pude frenar en un tope sobre la López donde todos los autos se iban amontonando, de hecho no frené, apenas disminuí la velocidad lo suficiente con el talón de mi pie para poder pasar entre ellos. Casi arrollo a unos trabajadores que iban cruzando la calle por San Lucas también, se aventaron corriendo sin contar que yo no podía o disminuir la velocidad tan de golpe y apenas esquive a uno. Baje caminando hacía Santa Mónica, y pues al final llegué completo. 
Con lluvia no hay frenos, sin frenos no hay bicicleta, ahora lo se.