True blog waits.

Malpagado, malhablado y malquerido.

lunes, diciembre 18, 2006

La persecución de la vida. Segunda parte.

La vida no tiene miramientos ni misericordia, no mide la intensidad del golpe, no pega jugando, tal vez no tira a matar, pero el daño puede ser irreparable. Es duro cuando llega, es mas duro por lo repentino, no avisa, es inesperado, ese momento cuando caes en cuenta, pega fuerte y donde duele. No queda mas resistir el dolor, levantarse, intentarlo por lo menos. Te sacudes el polvo, limpias la sangre si es que hay, y replanteas que harás con tu vida, porque en adelante no será como la conocías.

Cuando llega el momento de darte cuenta de duras realidades es momento de rehacerte y meditar, replegar e intentar, o retirarte si es necesario, a veces también hay que saber cuando dejar las cosas. Momentos de decisión que apelan a todo análisis, paciencia, inteligencia, objetividad y sabiduría que se puedan poseer.

A veces el rumbo entero de una existencia puede depender de una decisión, de la importante decisión de continuar o abandonar el camino que uno creía el correcto. No porque no lo sea, en ocasiones uno no es apto para seguirlo, no tiene las agallas, no posee el talento, las ganas, la pasión, tal vez solo no pertenece, pero se anhela, se desea continuar con el, en el. ¿Cómo saber cuando uno esta cayendo en la necedad? Como saber si no es solo un momento de duda y hay que ponerle empeño, resistir. Puede ser un trastabilleo solamente, o una señal de que no es por ahí. ¿Cómo saberlo?

Hay quienes necean por un camino que no es el de ellos o ellas, que hacen lo que creen correcto y no lo es, y simplemente no sale como debiera. También están los o las que por temor abandonaron su sendero, y se perdieron para siempre la oportunidad de ser algo grande, tan grande como ser quienes pudieron ser, hacer lo que debieron hacer.

La duda esta planteada, es momento de decidir, y mientras uno se esta parando de nuevo es inevitable el pensar, que cuando se este en pie, se debe escoger, es momento de decidir una vez más:

¿Habrá que continuar? El camino es difícil y se comienza a empinar, habrá que esforzarse mas, pero al final la recompensa será mayor, o…
¿Habrá que regresar? Sobre las propias pisadas y buscar un sendero diferente, uno que cubra las expectativas o se acople a las capacidades del que anda.

Un error podría ser fatal.
¿O no?
Como saberlo, e ahí el problema, ahí radica el temor.

martes, diciembre 12, 2006

¿Quien domara tus caballos salvajes?

Amourissima reza suave la entonada voz de la nativa de Toronto, track excluido del corte final en el álbum ”Let it die”. No necesito verte cada día, pero me gustaría, dice en "the mast".

Se dice así mismo que no hay mal que dure cien años, que todo lo que sube, tiene que bajar, que la vida esta llena de altibajos, que…
Y así por lapso de 5 a 7 minutos enumera tanto adagio similar como le es posible, a manera de mantra, buscando consuelo en ellos, en el fondo sabiendo que ninguna palabra, consejo, o mucho menos algún viejo ambiguo dicho, podría reparar eso que yace roto en su interior. No hay escape, se propaga como agua derramada, no importa el obstáculo interpuesto, siempre encuentra un camino. Le dicen desamor, desencanto, tristeza, etc. Yo solo se que duele, el también. Se cuela, hasta donde el daño aun no estaba hecho.

Escucha a Jason Collett, este le repite una y otra vez que no durara, que no durara, que no durara, y lejos de creerle solo le recuerda en baja frecuencia que gracias a ella se conocieron, no directamente, pero cual si hubieran sido presentados por un amigo del amigo, la relación existe, y si no, el que repta cabizbajo abatido por su sentimiento de autocompasión la encontrara. Qué no le recuerda a ella en ese estado.

¡Puta madre¡ alcanza a balbucear arrastrando las palabras, sin motivo aparente, las arrastra igual que sus rodillas. Con el torrente sanguíneo atestado de escoses solo, no alcanza a comprender del todo que pasa, no esta lucido, no hilvana bien los pensamientos, no concreta ideas coherentes, apenas puede mantenerse consciente, ni hablar de su capacidad para permanecer en pie. Ahí, patético y lastimero, con el rostro pegajoso, sollozante, no alcanza a comprender que pasa, ya no esta baja control, cree que escucha New Order de fondo, cree, no lo sabe a ciencia cierta, su capacidad de discernir no le alcanza para mas. No comprende nada, lo único que sabe es que le duele, quiere dormir, pero no se deja. Ha caído rendido. En sueños continuara la batalla.

Por la mañana cuando la calidez del sol se posa sobre su rostro reseco empieza a recuperar conciencia. El dolor proviene de adentro, cada pensamiento es dolor, los ruidos de medio día penetran como taladros en su cabeza. Apenas recupera el conocimiento y llegan en bandada los recuerdos de la lucha librada durante la noche, los demonios y la razón que se disputaban territorio fértil.

Por fin, en un momento de lucidez, recapitulando, analizando, autoevaluando bandera de objetividad en mano, “realizo” que no había sentido alguno en lamentarse por una perdida como esa, la de algo que jamás poseyó, que ni todas las horas invertidas ni el desgaste emocional desperdiciado habían valido un quinto de lo que ella jamás le dio, ni le daría. ¡Que tonto!, ingenuo, enamorado. Pendejo que. - Se dará cuenta de que lo que yo le daba jamás lo tendrá de parte de nadie mas, cuando lo haga, será demasiado tarde - se repite sonrisa en boca, con tono mas bien cínico, burlón, en defensa de algo perdido en principio, pero ganado en experiencia tal vez, Elliott Smith le canta el plan en el oído, “la venganza llegara, en la tonada se encuentra la revancha” interpreta en idioma de despechado el iluso. Elliott lo sabia, le cantaba, "no eres buena, no eres buena, no eres buena. Álvaro de los Bunkers acto seguido le reitera la acción a tomar, los ánimos tornan de pasivo lamento a reforzada fuerza egocentrista, alimentada por las palabras de otro despechado, entonadas a la perfección y envueltas suavemente por guitarras estridentes, furiosas, afinadas, afiladas.

-¡Que va!, no pasa nada, de amor no se muere uno – repite, revitalizado después de tormentosa noche de exudación las toxinas parecían haberse evaporado con el resto del ambiente, aun rancio, enrarecido por el mismo alcohol destilado.
El iluso, cree estar curado, pobre infeliz, no se da cuenta de que solo es el principio, que lo duro esta por venir. Que Melero se encuentra afinando las vocales, que amor en pie le saldrá al paso, tropezara su andar, que acto seguido Jarvis demeritara su enorgullecido esfuerzo. Pisoteara tu ego. Levantas la lira. No sabes, que todo empieza de nuevo.

Déjenme Solo – La Nueva Orden.
Asustado – Albert Hammond Jr.
Pruébalo – Televisión
La balada de John y Yoko – Los Beatles.

viernes, diciembre 08, 2006

Well, well.

A 26 años.

Un homenaje, por mi amigo Miguel Angel Azua.



http://www.granevento.net/0002/soft/1206-1/002/soft1206-1-2.html

Turn my way.

Que tanto creemos saber, o que tanto pensamos que hemos madurado. Sí, tenemos un criterio, de rango amplio, pero; que tan puro llega a ser, que tan objetivos se puede llegar a ser tratándose de algo tan subjetivo como hablar de uno mismo. Estando desde adentro la perspectiva se reduce a escala 1:1, o sea no hay tal. Un grupo de personas con características similares y personalidades afines se reúnen a pensar sobre el rumbo de sus vidas, o el destino de sus “mundos”, ligados entre si ya de por vida. Tratan de lograr una meta común, cada quien por merito propio.

Creemos tener respuestas, hay buenos puntos, un tanto de fundamentos, incluso unos cuantos muestran ya señales de resultados, un camino que se empieza delinear, aun no esta trazado. Unos lo escriben con la pluma, otros con acordes y guitarras, por ahí llegan otros con ideas y materiales, dibujos, retratos, fotografías. Todos buscamos un fin común.

Que parámetros se pueden tomar en cuenta para juzgar si estamos bien o mal, si el camino es el correcto o no, si no es técnico, si no son factores universales, hechos, algo tangible, que se pueda medir, ¿Cómo calificarlo? Independientemente de eso, en cuestiones de subjetividad, quien o que, dice si se esta bien o mal.

¿Estamos bien o mal?

Individualmente, si llegara a saber que mis convicciones están erradas.
No me importaría.

Soy yo.