¿Se acabo?

O empezó.

Cuéntale al rey, díselo a el…

Tres Cosas:

La gente debería trabajar una vez en sus vidas, por lo menos, atendiendo clientes, así tal vez sentirían empatía hacia el que les cobra en las cajas, les sirve su comida o les da cualquier servicio. Así tal vez no serian tan déspotas, groseros o injustos algunos clientes con aquellos que solo hacen su trabajo. Si, hay mucho huevon y malhechote, pero también hay muchos que son injustamente maltratados por algún error, que cualquiera podría cometer, y otros que a veces ni su culpa son, así tal vez a los empleados no les cagaría tanto hacer su trabajo, ni lo harían tan de mala gana, en ocasiones eso tiene una razón. “Do not mess with us” diría Tyler.

(modo sarcástico ON) Amo esa amabilidad característica del microbusero capitalino, a veces llega a tal grado que son capaces de hacerle la parada a gente que la pide desde el lado contrario de la calle, en pleno trafico, y el amable amigo conductor espera pacientemente, a que el peatón pueda cruzar y subir a la unidad, sin importar que este bloqueando a los demás automovilistas, y claro, no lo hace por el pasaje, sino por considerado. Lo mismo cuando hacen la parada a la mitad de la calle… atravesados y bloqueando el trafico que viene a su costado. (modo sarcástico OFF)

Me cagan mis chichis de quinceañera (quinceañera de mis tiempos, porque ahora hay unas que… y tampoco llego a tanto). Tiene una ventaja, resaltan el estampado de mi playera de Los Planetas.

¿Por qué hay gente que ve el “ser buen vendedor” como una virtud? En la mayoría de los casos es: mentir a la gente para comprar algo que no quiere, mucho menos necesita.

Un producto o servicio se vende solo, si es bueno, si es necesario, innovador, yo que se, si la gente lo quiere o lo necesita, lo compra, no hay mas. Se usa comúnmente la frase “es que no sabes venderte wey”, y pues en lo particular no me interesa mucho “venderme”, por lo menos no en el sentido en que yo lo tomo.

Para acabar pronto, no soy buen vendedor, no me gusta el trato con la gente, no me gusta agregar virtudes inexistentes o propiedades mágicas a algo que no lo posee, pues no me gusta “vender” parlotear, inventar, mentir, truquear, prefiero mil veces que “el producto” hable por si mismo, llámese canción, dibujo, diseño, texto. O yo.

Claro, hay diferentes formas de vender, otras mas “correctas” o leales. Yo ‘nomás escribo acerca de una en especifico, por desgracia, según yo; la mas común.

A lo mejor solo me gusta juzgar.

Imposible es nada.

"Imposible es solo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio. Sin atreverse a explorar el poder que tiene para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión. Imposible no es una declaración, es un reto. Imposible es potencial, imposible es temporal".

Eso dice en mi botella de agua (gracias vaniashita). Sí, es de esa campaña de adidas, Impossible is nothing, que tal ves fue ideada solo para vender artículos deportivos y demás de la marca de las tres franjas, mientras si, o si no, descontextualízala; dice la verdad.

(y asi me contradigo con la entrada anterior).

N

Punto, guión; siguiente, después del símbolo correspondiente que representa la continuidad del conteo, en forma de lista, enumerando una cantidad que no conozco, ¿Quién lleva la cuenta? Yo no.
Específicamente en cantidad, y aun faltan los motivos, las justificaciones, o razones, o ni eso; y si no conozco el numero, mucho menos recuerdo motivaciones, si es que en su momento las supe siquiera.

Unas se repiten, otras se asemejan, tal vez un par, o tres veces, la tercera es la vencida dicen, ¿Quiénes? Ellos, dicen. Ja. Se asemejan, pero no son la misma; difícil es no caer en el error más de una vez, se termina aprendiendo la lección, digo: si una rata, por ejemplo o animal cualquiera, puede hacerlo, seria una vergüenza que una persona/animal no pudiera. ¿Y quien cuenta los intentos? Yo no.

Yo no entiendo mucho de promesas, ni de juramentos; me cuesta creer que si constantemente el giro de la rueda nos pone en circunstancias impensables incluso segundos antes de ocurrir eso que asegurábamos imposible, fuera de nuestro control, aun podamos asegurar con tanta vehemencia el control sobre hechos futuros (prometer acerca de situaciones que no podemos controlar), creo en intentarlo, creo en la convicción puesta por propio pie mío y esfuerzo individual en lograr el cometido, eso si lo creo, eso puedo hacerlo. Se me ha tachado de estar a la deriva por lo mismo, y con razón creo, tal vez mi convicción no me da para tanto, no tengo tanta seguridad en mi o mis capacidades como para atreverme a “prometer”, y en defensa mía, recurrir a la incontrolable e indescifrable fuerza de la naturaleza, o del destino o de dios me representa una fácil justificación, un pretexto, así nada mas.

No entiendo de absolutos, como puede alguien creer en totales, si en si mismo no pasa de ser fragmentos apenas unidos por delgadas y frágiles membranas que difícilmente lo mantiene unido. Cada segundo estamos a punto de desbaratarnos… y aquí mismo quejándome del error caigo en el mismo, asegurando y generalizando que “TODOS” nos desbaratamos. La cosa es, que tal ves hayan quienes no, tal vez existan esos seres perfectamente unidos controlados, capaces de prometer y cumplir sin espacio de duda, hombres (y mujeres) totales, personas absolutas, el problema es, y aun me cuesta creer su existencia, que yo no las conozco, ni a una sola.

Ese es el problema, la incredulidad, esa incapacidad de creer, de confiar, en los demás, en si mismo; hoy día que cara se vende la confianza, creer no es tan fácil como en antaño, nosotros mismos convertimos la confianza en especie en peligro de extinción. Difícil es creer en algo que no se ha visto jamás, y si es que existe, encontrarlo debe significar algo, algo grande, pero no lo se, porque nunca lo he encontrado.

Viernes.

Por enesima vez:

“Nada nuestro que estas en la nada, que tu nada sea santificada, nada sea el nombre de tu reino, nada sea voluntad, en nada como en nada. Danos hoy esta nada, nuestra nada de cada día y nada es nuestra nada como nosotros nada nuestras nada y no nos dejes caer en la nada, antes líbranos de la nada: Así sea nada. Salve la nada llena de nada, que la nada sea contigo”.

Hemingway.

- Hoy es jueves.

- Ayer vi las tortugas ninja, y me gusto un montón.

- Al rato me voy a chingar una hamburguesa mágica de afuera del metro Aquiles Serdan.

No tenia nada de que postear en realidad, nomás lo hice por no dejar.

Disque primavera.

La mal-llamada primavera mexicana modelo dos mil siete llegó, que de primavera tiene lo que yo de guapo o inteligente. Con sus resplandecientes nubarrones grisáceos tirándole a negros, que nos bendicen con ráfagas de lluvia por la tarde regularmente (a veces por la mañana) y nos llenan de dicha en esta “primaveral” época… donde las señoritas lucen sus botas, gruesos pantalones y abrigadoras chamarras hasta el cuello, si pudieran se taparían la cara, algunas hasta guantes llevan. Bellísima época para vacacionar en la ciudad de México, bañada por ese esplendoroso viento frió campechaneado con destellos quemantes de sol.

Bendita primavera que llegaste, para disfrute de los gripientos niños y temblorosos grandes, no puedo esperar al verano, otoño… uuuuuy! el invierno.

Gracias a los ochentas por ese hoyo en la capa de ozono.
Gracias al Al Gore por avisarnos con tiempo las consecuencias del tan mocionado hoy día, nuestro amigo el calentamiento global.

Hasta el lunes.

Cualquiera toca la guitarra.

Creo que mi forma de tocar la guitarra refleja algo de mi personalidad, es a medias, como casi todo lo que hago.

“La interpretación que das a los sucesos en tu vida no solo te marcan el camino, le dan sentido”.

Eso pensaba yo ayer…

Hoy no se como interpretarlos, menos les encuentro sentido.
No es alentador pensar que mi opciones no son “opciones” para mi. Pero que tal vez terminare “cumpliendo” no viviendo…
me harte, no tengo mas que escribir por ahora.